(Publicado en El Faro Verde)
16 de septiembre de 2011
Compañero Mato:
Diversas circunstancias me han convencido de la necesidad de remitirte esta carta y que la misma sea pública para todos los cargos y órganos representativos de UniónGC, ya que creo que tienen derecho a participar de ella.
No voy a acudir al Congreso. Por varios motivos, entre ellos porque quiero dejar un espacio entre estas reflexiones y lo que acontezca, porque siento que tengo poco que aportaros y porque no deseo desviar la atención sobre el fin primordial de ese Congreso.
Algunos creerán que debería haber hecho esta exposición en persona, pero no podría disfrutar de la serenidad de la soledad y seguramente no podría explicar con la misma claridad lo que en adelante te (os) presento. Tampoco quiero crear un debate sobre esto, ya que la decisión que planteo corresponde tomarla al cargo, no a la asamblea (sea del tipo que sea).
Van a cumplirse cuatro años de una singladura que tiene más luces que sombras. A mi me queda poco tiempo. En breve dejaré todas mis responsabilidades en manos de gente más joven, con más proyección, con otras perspectivas. Pero no quiero dejarles un regalo envenenado. Sería muy cómodo por mi parte dejarlo todo como está y esconder la cabeza en un agujero. Pero no es mi estilo. Prefiero sacrificar parte de mí en el intento de colaborar por construir una asociación más fuerte, una asociación que sea una alternativa real a una forma de actuar que nunca me gustó y de la que observo su sombra.
Nunca he tenido apego a los cargos. Siempre los he asumido como un peaje que debía pagar a los asociados, o como afirmación de amistad con mis compañeros de viaje. Quien me conoce sabe que es así, que valoro por encima de todo la familia y la amistad y es a esos referentes a quien he robado las horas que he repartido entre socios (o no) y esta labor. Es tal mi desapego a la poltrona, que decidí en su día renunciar a la plaza que, en virtud de nuestro acuerdo, me correspondía cuando se elaboraron las listas para el Consejo de la Guardia Civil. Le cedí ese puesto al compañero Ramón y esa ha sido una de las decisiones más acertadas de mi vida asociativa. Estoy orgulloso del papel que Ramón ha realizado en ese Consejo, muy por encima de lo que yo habría aportado al devenir de nuestra Asociación y de toda la Guardia Civil. Todos le debemos mucho, yo el primero.
Durante todo este tiempo, sobre todo al principio, entendí que los “abuelos” participábamos en la gestación de un niño al que, con el tiempo, dejaríamos andar, libre. Entendí, sinceramente, que una vez comprobada la madurez de ese niño nos apartaríamos, dejaríamos de ser un estorbo. Pero pasan los días y no veo ese final.
Los acontecimientos que se han ido sucediendo tras la celebración de la Asamblea General de la Asociación del pasado mes de marzo, han provocado en nuestra organización una profunda crisis. Tú lo sabes, como el resto de los destinatarios de esta carta. Hay un enfrentamiento soterrado y una desconfianza que no pueden ser un buen augurio. Del email más inocente se realizan comentarios fuera de tono. Algunos contestan a ese comentario sin respetar los valores mínimos que deben prevalecer en nuestra relación. Y lo que es peor. Todo ello resta tiempo de otras tareas asociativas más “necesarias”.
En estos años también hemos perdido a muchos dirigentes. Esas pérdidas tienen diferentes orígenes, pero en todas hay un denominador común: sus desavenencias contigo. Quizá tus formas han sido excesivamente personalistas, y el personalismo puede ser virtud, pero también defecto. No querría que, por tu testarudez o por mi pasividad, perdiéramos a compañeros que considero muy válidos para el futuro de esta Asociación.
La crisis interna que padecemos está provocando un enquistamiento de la Asociación, un deterioro de las relaciones entre diversas CC.AA., una sensación de ruptura y una desmoralización de muchos cuadros dirigentes. Nuestra organización no debería estar ni un minuto más bajo esta presión.
Tú eres el máximo responsable de lo que suceda en los próximos días. Lo eres porque fuiste elegido para tomar decisiones y asumir responsabilidades, como los demás en el ámbito que a cada uno corresponde.
Pero creo que hay un problema de fondo y que cada uno tendrá su opinión al respecto y aquí expongo la mía: considero que todos los representantes de UniónGC ante cualquier estamento, deben ser guardias civiles en servicio activo. Esta cuestión, por diferentes motivos, no se ha tratado de forma abierta en nuestra asociación. Como sabes, la aprobación de la Ley que reconoció las Asociaciones Profesionales en el Cuerpo, supuso un cambio muy importante en el mundo asociativo que hasta ese momento existía en la Guardia Civil. Por fin los guardias civiles íbamos a poder defender nuestros derechos como trabajadores de forma organizada, sin escondernos, teniendo sentada al otro lado de la mesa a toda la “patronal”. Todas las asociaciones serias se amoldaron a estos nuevos tiempos. Las viejas estructuras fueron decayendo a favor de las nuevas, siendo uno de los cambios más evidentes el hecho de que los principales dirigentes pasaron a ser exclusivamente compañeros en servicio activo, algo que hasta ese momento no había sido así. Se daba comienzo a una nueva etapa y los que tuvieron que apartarse en las diferentes asociaciones para dar paso, lo hicieron, sin que ello supusiera en algunos casos el abandono de su trabajo en su asociación, si no un cambio de posición, un saber aceptar la realidad. Todas las organizaciones serias lo hicieron, todas menos UniónGC que siguió y sigue teniendo a varios de sus principales dirigentes en situación de retirado, entre ellos, tú.
Se apartaron porque entendieron que ningún Sindicato o Asociación de policías o de guardias civiles puede tener entre sus principales dirigentes (secretario y vicesecretario general, secretario de organización, etc.) a compañeros retirados, por muchos motivos, incluso legales, pero en lo fundamental por que parece lógico que solo los que ponen la “carne en el asador”, los que se juegan su trabajo, su futuro o el pan de su familia por la defensa de los intereses de todo un colectivo, sean los que tengan la responsabilidad de decidir cómo y cuándo lo van a hacer. Los máximos dirigentes de una asociación profesional no pueden tomar una decisión como el acudir a una manifestación si no tienen tanto que perder, al menos, como la masa social que les va a secundar. Tú nunca podrás ser suspendido de empleo y sueldo por uno, dos o tres años. Tu condición de jubilado te protege. Sin embargo a mí sí que me podrían sancionar de esa manera. A mí y a mi familia, no lo olvides. Igual que al resto de componentes “activos” que forman los cuadros dirigentes. E igual que a los dirigentes del resto de asociaciones que nos han acompañado en algunas acciones.
Quizá el paso de los años te ha alejado de la realidad, del día a día del Cuerpo. Hace más de quince años que ya no estás en activo. Tu persistencia, difícilmente explicable, en mantenerte a toda costa al frente de una Asociación de guardias civiles me parece fuera de lugar. Cuando, hace tiempo, te referías a la conveniencia de crear una fundación (hecho que forma parte de las discusiones a debatir en este Congreso), pensé que era en ese mecanismo en el que querías participar. Es más. Me sentiría orgulloso de que pusieras tu buen hacer, tu experiencia, tus conocimientos y tus contactos en fortalecer esa Fundación. Se me ocurren varias formas de mantenerte ligado a la misma, pero observo que tú solamente piensas en la de siempre, al formar parte de una (la) candidatura.
Por todo lo anterior te pido que seas valiente y responsable, que afrontes el papel que te corresponde en nuestra organización, que seas coherente con la actual realidad y que mires exclusivamente por el bien de UniónGC y, en consecuencia, dejes de formar parte de esa candidatura, así como que adquieras el compromiso de no volver a ocupar ningún cargo social de máxima relevancia, sin que ello suponga que no puedas seguir trabajando con quienes salgan elegidos. No hace mucho, tú mismo dijiste que si no contabas con el respaldo del 100% de la asociación te marcharías; incluso en cada Comité Nacional sometías tu cargo a ratificación. Bien, hoy no cuentas con mi apoyo y creo que tampoco con el de gran parte de la organización. La cuestión ahora es saber si vas a cumplir tu palabra, si vas a tener altura de miras, si vas a anteponer los intereses generales de la Asociación a los tuyos, o si simplemente vas a preferir mantenerte en tu cargo y atrincherarte en tu posición.
Esa exigencia no se la impondría a ningún dirigente en activo. Cualquier otro guardia civil candidato necesita, por mi parte, el 51% de los votos para representarme fiel y legítimamente. Hoy en día, quien siento que realmente me representa, como cabeza visible, es el compañero Ramón. Él sí tiene mucho que perder y le avalan, además del trabajo realizado, los votos de los compañeros. Si él fuera el referente, no tendría ninguna duda y ni por asomo se me ocurriría mandarle una carta como ésta.
UniónGC tiene personas en activo que gozan del respeto y la consideración de una inmensa mayoría y que pueden dirigir la misma con sentido de la responsabilidad y de forma adecuada, sin que ello signifique que se esté siempre de acuerdo en todo lo que puedan plantear o defender, pero eso es lógico y pasa en todas las organizaciones. Repasando las enmiendas que nos has enviado, he comprobado que tenemos futuro. No quiero individualizar, pero tú mismo habrás comprobado que el nivel de trabajo de todos los que han participado ha sido altísimo. Les felicito y me llena de placer observar que hay vida más allá de Mato y de Fernando. Déjales el timón, tal y como yo mismo voy a hacer.
Me llenaría de tristeza comprobar que no haces caso de mi petición. No sé qué haré después del Congreso, sobre todo porque tengo la esperanza de que sigas mis pasos y dejes la representación de nuestros asociados a guardias civiles en activo. Pero sea lo que sea, será con el fin único de hacer de la Guardia Civil un Cuerpo mejor y más respetuoso con sus componentes. Yo, por mi parte, te prometo que nunca he de presentarme para ningún cargo. Mi tiempo, aunque siga en activo, se ha acabado. Y aunque esté dispuesto a ayudar en lo que pueda a quien me lo pida, lo haré desde la sombra y dejando que sean otros quienes me representen.
Espero que estas palabras te hagan reflexionar y decidas lo que yo creo que es mejor para la asociación.
No quiero acabar esta carta sin manifestarte que en lo personal tienes y tendrás, hagas lo que hagas, mi máximo respeto y consideración. Te has dejado la piel por todos nosotros, asociados o no, y has perdido mucho más de lo que se puede exigir. Por eso, para mí, siempre serás el compañero Mato.
Fernando
Secretario General de UniónGC en
Pdta.: El rifi rafe de hoy revela que los ánimos están muy tensos. Vamos a ayudarles a buscar lo que les une y evitar lo que les separa.
Suscriben y apoyan esta carta:
UniónGC – Aragón – La Rioja
UniónGC - Cataluña
UniónGC - Valencia, Murcia e Islas Baleares
UniónGC – Andalucía
UniónGC – País Vasco
UniónGC – Navarra
UniónGC – Federación de Suboficiales
Además de otros cuadros ejecutivos provinciales y federativos.
Es decir, SEIS secretarios generales de los trece que forman la asociación.
Es decir, NUEVE Comunidades Autónomas de las 17 que hay en España.
NO ES LA PRIMERA VEZ QUE OCURRE ALGO SIMILAR, HACE DOS AÑOS...PASO ALGO PARECIDO